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El Cádiz gana en su visita en Ipurua y es colíder

  • Carlos Bordón
  • 31 oct 2020
  • 3 Min. de lectura

El conjunto de Álvaro Cervera consiguió una victoria en uno de los campos más rocosos de LaLiga, gracias a un planteamiento táctico genial del entrenador cántabro. Mendibilibar por su parte, dirigió un equipo que tuvo la pelota pero no supo que hacer sin ella.






Ipurua fue el escenario donde la jornada ocho de LaLiga dio comienzo. Se enfrentaban Eibar y Cádiz, duelo inédito en competición regular domestica desde 2008, el cuál acabó 1-0 para los vascos en la que sería la temporada en la que los andaluces volverían a los infiernos de 2ªB.


Ambos equipos llegaban muy distintos en la tabla. El Cádiz buscando ser colíder (al menos circunstancial), y el Eibar asentarse una jornada más en la media tabla, que en las últimas campañas ha parecido ser su zona de comfort.


El partido transcurrió como ambos entrenadores quisieron. Un Eibar dominando con la bola, rozando un 75% de posesión que salvo alguna genialidad de Bryan Gil, la nueva perla de Mendilibar, no supo que hacer con ella. Se nota que los vascos echan en falta a Orellana y Charles, dos jugadores que aunque no fuesen “killers” del área, lograron 14 goles la temporada pasada, y que en verano se despidieron de Ipurúa con destino Valladolid y Pontevedra respectivamente.

El Cádiz por su parte estaba tranquilo. Si es verdad que hasta la primera media hora, el conjunto gaditano prácticamente no dio ni cinco pases seguidos en campo rival, aunque eso es algo que hace especial a este Cádiz. Una cualidad que tuvieron grandes equipos (salvando las distancias) como el Inter del Catenaccio o el Madrid de Mourinho, la nula necesidad de tener balón para generar peligro.


Justo en el mejor momento del Eibar, fue cuando Pape Diop se relajó en el medio del campo y Jose Marí le robó la cartera (acción revisada en la sala Var a posteriori), pase a Espino, que a duras penas consigue sacar un centro, y Álvaro Negredo, con la calma característica de un autentico 9, remató de cabeza y batió a Dmitrovic.


El propio Negredo no tardó ni 2 minutos en recibir un balón en el medio campo del Choco Lozano, que previamente se lo había robado a un Pape Diop más acostumbrado a robar la bola que a tenerla, y dar una asistencia a Salvi que termina de noquear al conjunto blanquiazul.


Sin duda la primera mitad fue la muestra de dos equipos totalmente equidistantes. Uno que tuvo el balón y otro que supo que hacer con ella. Y es que es necesario volver a remarcar la ausencia de un delantero centro puro en el Eibar. Por mucho que lo intentasen Inui, Bryan Gil o Kevin Rodrigues en la zona de tres cuartos, ni Kike García ni Sergi Enrich son los puntas que este equipo necesita.


La segunda parte fue un estabilizador con respecto a la anterior. Diop abandonó el terreno de juego por Enrich, pero jugar con dos atacantes no fue ni el principio de las soluciones. El Cádiz se creció, e incluso volvió a meter gol, pero en fuera de juego. A partir de ahí el partido se resumió en pases inofensivos de un Eibar desolado y una defensa tranquila del Cádiz.


Por supuesto, el hombre del partido fue Álvaro Negredo. El tiburón de Vallecas está siendo una pieza clave en las alineaciones del Cádiz, pese a que muchos veían su fichaje como ultimas zancadas de una carrera que ya ha pasado por Turquía y Emiratos Árabes Unidos, destinos no muy aconsejables para el desarrollo futbolístico pero sí para el crecimiento adquisitivo. Sin duda, es su mejor inicio de temporada en España desde aquel lejano 2013 en el Sevilla.


Destaca también el récord que logró el Cádiz con su victoria. Los andaluces se convirtieron en el primer equipo en 60 años en ganar sin encajar sus primeros cuatro duelos ligueros. Intentará aumentar su récord en una semana en su visita al Wanda Metropolitano.





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